Carlos, el boticario

Carlos trabaja en una farmacia de Santiago de Chile. Íntimo amigo del poeta, elaboró un tónico especial para él, que le permitía crear metáforas instantáneamente. Un trago, y una mariposa se convertía en las notas del pentagrama. Carlos trabaja siempre secundado por su fiel compañero Esculapio, un sapo barrigudo de Papúa, que se alimentó por dos años de la mano derecha de Carlos mientras este la guardaba en su bolsillo. Carlos se dio cuenta de esto cuando fue a agarrar una taza de té y terminó en el piso. Por expresa petición del poeta, Carlos trabajó en una posión para disminuir la joroba del jorobado francés. Hasta el momento solo se sabe que en Montmartre hay un jorobado que hace lindas metáforas.